Whelve

Amordazo mi boca cuando te nombra para evitar que me la laven con jabón después, porque si las mentiras quedan reprobadas ni te cuento con los mentirosos. No mereces tres poemas si te escribí con reticencia el primero, pero esta vez lo hago por mí: por desalmar sentimientos en estas letras que nunca debieron trazarse en tu nombre. De honor no hablemos, porque está claro que no entiendes de tecnicismos. Técnicamente, estás muerto para mí y aquí te estoy sepultando. Vales mucho menos de lo que alegas, y es por eso que nunca triunfarás en el mercado. Que no eres un producto y, aun siendo así, lo único que te importa son tus etiquetas; etiquetas colocadas por otras manos que tampoco pudieron rastrear a tiempo tus promesas vacías. Vasos llenos de rencor, para no desaguarme si te veo. Sí, soy una tubería, y tú no vas a colarte por dentro. Que de esperanza también se muere y yo que estoy reviviendo, te tengo en muy baja estima. Sé que no es lo que querías. Tampoco lo eres tú para mí. Puestos ...