De cuando el amor se vuelve veneno
Me coso los labios porque las cremalleras se abren, y no sé qué hacer ya con este hilo que se suponía que nos conectaba. Que mi amor es solo una tela deshilachada que sigue reclamando tus agujas, aunque duelan. Que no diverges de matar el veneno con aumentar la dosis de lo mismo, y hace tiempo que me hablan de drogadicción y reproduzco “rutina”. Como un cassette roto que sigue dando vida a tu voz cuando llega la noche. Pero también de par de mañana, cuando ganas la carrera de convertirte en el primer pensamiento y en la última duda.
Si es que me dejas el alma prendida en llamas y reclamo leña, pero mis ojos siguen siendo mar y no colaboran. Evidentemente, solo quiero tu abrazo para encontrarme, pues empiezo donde acabas y lo sabes; donde acabas conmigo. En un final abierto donde todo apunta a que acabarás sin mí. Y tú tan feliz, como si no nos estuviéramos consumiendo. A pesar de que no recuerdo que llegáramos a producirnos más allá de mis ansias. Que son lanzas y son cuerdas, y me matas si aún recuerdas. Es por eso que sigo viviendo aquí. En tu olvido.
Qué compleja la poesía cuando trata de amor, ¿y cuándo no lo hace? Admito ser una cobarde, pero al menos te escribo bonito. También es cierto que no podría describir feo tratándose de ti, ni de los sueños en que te imaginé a mi lado. Sueños despierta, porque dormida solo quería despertar para encontrarte. Porque tengo insomnio por temor a dejar de verte. Y no tiene sentido cuando han transcurrido meses ya y sigo sin saber de ti.
Crónica de ti, sí doy la razón a eso de que es peor el remedio que la enfermedad. Porque no hay nada mejor que tú. Y ha sido ya un año que apesta a eternidad tratando de llegar a tu altura, para que me veas. Para que me veas bien. Para que me veas contigo. Y no desentone con todas las veces que anhelé que lo hicieras y no estabas preparado.
Pero, por favor, no me pidas que deje todo de lado. Porque tu deseo es mi ley, y tras tanto ensueño, sigo sin recordar una sola vez en que un final alternativo fuera junto a ti. Que la mayor pena de despedirme de todo cuanto he amado, será que no me di cuenta hasta que te perdí.
Comentarios
Publicar un comentario