Sin recibo




Me has dejado con secuelas en el amor, y un pulso punzante que aprieta si vivo sin recordarte. Como una soga al corazón, que reniega de ver más allá del sentimiento y te superpone a la razón. Dubitativa entre los miles de motivos por los que dejarte ir, quise camuflarme tan indecisa de nunca llegar a decidir; y es porque lo quise, en lugar de pensarlo. Porque late el corazón en lugar de regurgitar una razón para tirar la toalla, que ya no cubre mi desnudez más allá de tu ausencia.

Es verdad que he bailado al compás de otros aires de vuelo que no eran los tuyos, que ahora te has tornado huracán. Es cierto que he probado otros labios que no ofrecían garantía alguna de olvido (respecto a ti), y por ello decidí presentar el recibo semanas después, devolviendo un producto frustrado por mis propias expectativas; que antes de incorporarlas a mi ser eran tuyas. Todo lo que generaste cuando aún producías en lugar de reproducirte en recuerdo y no en certezas. Y tantas flechas que se me anclan en los recovecos que desocupaste al despedirte, convirtiéndome en una especie de manzana abandonada por cientos de gusanos conformistas que quedaron satisfechos con la piel, y por ello evitaron de lleno el alma. Algo así soy ahora. 

Pero hoy ya no puedo seguir sacándole el corazón a tu partida, extirpando motivos como si fueran infección para la herida; explicándole a la mente lo que ya sabe desde hace tiempo. Que hemos de dejar de regar tu recuerdo, porque no da frutos, aunque siga siendo la flor más bonita. Que ocupas espacio donde otro podría ser productivo, más allá de la harmonía que aportabas al jardín de mi espíritu cuando la belleza preponderaba sobre la eficiencia. De cuando quererte todavía era una opción buena, y no a secas. Y no me dejaba con sed.

Anoche me sacié de las veces en que me miraste cuando otros solo veían, y hoy estoy tan empachada que no queda rastro de hambre emocional que vaya a devolverme a ti. De todos modos, hace ya tiempo que perdiste conscientemente el recibo.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Recitando en la cuerda floja

Los latidos que contuve disimulando que me mirabas

Un sueño en la chistera