Calentamiento emocional
Caen gotas de lluvia del cielo, y los cantautores dirán que está llorando, los poemas que le han roto el corazón y los meteorólogos que es consecuencia del cambio climático. Yo, sinceramente, ya no sé qué pensar desde que te fuiste, pero sé que no los creo. No los creo porque creamos lo que creemos, y ninguno de ellos te menciona a ti, y a ti te creí aunque no pudiera crearte. Quizá por eso siga sintiendo que fui yo quien no logró formar parte del puzle; que las piezas encajaban y lo que desencajaba eran todas mis versiones, todas las formas que adquirí para adaptarme a tus recovecos, todas las personas que fui por ti antes de perderme a mí misma en el proceso.
Cada uno lo expresa a su manera, pero ninguno habla de los cambios emotivos del amor. De cómo tus suspiros son gases nocivos para mi capa de ozono, cuando soplan a otras bocas que no son la mía. Nadie habla de cómo el corazón también se puede descongelar, e inunda el interior de una persona de tendencias vacías. Ni de cómo calienta más la soledad cuando la contrarrestas con otros cuerpos que ya nunca serán el suyo. No me avisaron en el colegio de que la muerte duele más cuando te atrapa en vida, y la amas más de lo que jamás pudiste llegar a hacer contigo misma. Nadie me dijo que existías, que los desastres naturales no eran lo único con el poder de terminar con la raza humana. No me hablaron del amor. No entendí lo que era el amor hasta el momento en que te perdí, y solo pude desearte lo mejor.
Ahora, los cimientos de mis sentimientos se derriban cuando los presionan de más cuestionando por tu ausencia. Ahora me preguntan por ti cada vez que me ven triste, como quien cuestiona a un paciente terminal por su enfermedad; qué acto más cruel. Y yo les doy las gracias, como si lo sintiera. Y si no necesito forzar la sonrisa de después es porque me recuerdan que estuviste ahí algún día, y de la carencia, extraigo que algún día hubo presencia; solo eso me hace feliz. Qué extraña, triste y romántica forma de matar una pasión.
El caso es que fuera está lloviendo desde hace un rato, pero dentro llevamos años de diluvio, y siento que las emociones se me van a derramar por los poros el día en que te vuelva a ver. Y, aunque no lo creas, nada me dolería más que ver renacer a tu vera, aquello que llevo años tratando de enterrar cada vez que me desplomo sobre el papel.
Comentarios
Publicar un comentario